VERSICULO BIBLICO DIARIO

lunes, 3 de enero de 2011

¿PORQUE DEJAMOS DE ORAR?
En estos días que estamos viviendo, es claro ver la astucia y la insistencia de satanás de llevar a mucha gente a la perdición, cuando vemos esta condición del mundo, ¿podríamos pensar que estamos preparados para afrentar a este enemigo?, la única manera en que estaremos preparados y fuertes para estar de pie, es con el poder que recibiremos a través de la oración.

A través de la oración constante, penetraremos en el terreno espiritual; destruyendo las fortalezas que el enemigo ha puesto en la vida de los incrédulos y aun de los mismos creyentes, y en las naciones del mundo.

Dios nos ha dado el poder, y a través de la oración poder Parar a Satanás en su camino; trazar una línea y no dejarlo pasar ni un centímetro de esa línea. A través de la oración y el ayuno, hemos recibido el poder y la autoridad para atar la obra de Satanás y liberar a aquellos que han sido atados por él. A través de la oración y el ayuno, el poder de Dios es desatado en nuestras vidas y seremos entonces capaces de pronunciar la Palabra de sanidad, echar fuera demonios y resucitar a los muertos.

Jesús dijo: todo lo que atéis en la Tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la Tierra, será desatado en el cielo". (Mateo 18:18)

Cuando nos ponemos de acuerdo en oración, tenemos la promesa de que recibiremos todo lo que pidamos al Padre.

Jesús dijo: si dos de vosotros se pusieren de acuerdo acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos". (Mateo 18:19)

Tenemos el poder a través de la oración y el ayuno para ponernos delante de Dios en favor de nuestras naciones, atando los poderes de Satanás y sus principados, desatando un espíritu de arrepentimiento y verdad en nuestras naciones. Moisés ayunó cuarenta días y cuarenta noches a favor de Israel, Dios cambió su decisión de destruirlos y la gente fue salva.

Moisés dijo: "Y me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado, que habíais cometido haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo. Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruimos. Pero Jehová me escuchó aun esta vez". (Deuteronomio 9:18-19)

La nación entera de Israel fue perdonada a causa del ayuno y la oración de un hombre.

Uno de los pecados más grandes y prevalecientes en el cuerpo de Cristo hoy, es el ¡Pecado por la falta de oración! ¿Podríamos imaginarnos de cómo se entristece el corazón de Dios al ver a tantos de Sus hijos, sufriendo, padeciendo, cuando El ya ha dado todo a través de la sangre de Jesús? Y esta condición de nuestra vida es porque no venimos a Él en oración.

La razón por la cual muchos cristianos hoy no son capaces de caminar en victoria sobre el pecado, las tentaciones de la carne, los afanes del mundo, es por la falta de oración.

Como resultado de este pecado, tan común en estos días, muchos cristianos son incapaces de obrar en el poder de Dios a causa de su incredulidad. Los cristianos no reciben lo que necesitan, no sanan al enfermo y no pueden echar fuera demonios por la misma razón que Jesús dijo a Sus discípulos... a causa de la incredulidad en sus corazones. Cuando vienen a Dios con sus necesidades no lo hacen con fe.

Pablo dijo: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". (Hebreos 11:6)

Dios espera que vengamos a Él, sabiendo que Él nos oye, que no importa qué tan imposible parezca nuestra situación, o qué tan grande sea nuestra necesidad, y sabiendo que recibiremos lo que pedimos. Él quiere que nosotros vengamos a Él sabiendo que Él es galardonador de todos los que buscan, los que continúan y consistentemente vienen a El en oración.

Jesús dijo que la clase de fe que mueve montañas viene a través de la oración y el ayuno. Nuestro pecado de falta de oración provoca que nuestros corazones se llenen de incredulidad.

Una vida de oración nos llevara a experimentar más del poder de Dios, manifestado en nuestras vidas, como lo hicieron los discípulos en la Iglesia primitiva. Sus vidas estaban basadas en el ayuno y la oración, mientras que la mayoría de los cristianos hoy se esfuerzan por orar sólo cinco o diez minutos al día. Sin saber qué es realmente la oración o cómo orar, rápidamente se quedan sin palabras.

Muchos usan la oración como un mecanismo de escape. Esperan a tener problemas para entonces clamar a Dios. Otros oran sólo como último recurso. Oran hasta que ya no pueden solucionar su problema.

Hay cristianos hoy que, han sido tan negligentes en su vida de oración que ya ni siquiera tienen el deseo de orar... ya no existe un verdadero gozo en pasar tiempo a solas con Dios. Cuando tienen que orar lo hacen sólo como un deber.

Como Iglesia, ¡es tiempo de arrepentirnos por nuestra falta de oración!.
Satanás hace todo lo posible para impedir que los cristianos oren. El pone tentaciones en nuestro camino para postergar nuestro tiempo de oración. Muchos cristianos ponen excusas, "Si tuviera más tiempo, lo pasaría orando". "Parece que no hay suficiente tiempo para orar". "Cuando me voy a acostar estoy demasiado cansado para orar". Sin embargo estos cristianos siempre encuentran tiempo para hacer lo que quieren o necesitan hacer, pero no tener tiempo para orar.

Esos mismos cristianos tienen tiempo para ver televisión dos o tres horas, para leer o disfrutar de otras actividades. Otros están tan ocupados con sus actividades personales, sus trabajos, sus casas, sus hijos, que no toman tiempo para estar a solas con Dios en oración.

Hay cristianos, líderes, y ministros que están tan absorbidos en sus ministerios y perdido su posición dentro del cuerpo de Cristo su Iglesia, que no toman tiempo para orar. En lugar de actuar con el poder que pueden recibir a través de la oración, empiezan a actuar con sus propias fuerzas. Esta fue una actitud en la que fue exhortado Moisés de parte de su suegro.

Y aconteció que otro día se sentó Moisés á juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? Y Moisés respondió á su suegro: Porque el pueblo viene á mí para consultar á Dios: Cuando tienen negocios, vienen á mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. Entonces el suegro de Moisés le dijo: No haces bien: Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el negocio es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios será contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, (en oración) y somete tú los negocios á Dios. Y enseña á ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde anden, y lo que han de hacer. Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás á éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez. Los cuales juzgarán al pueblo en todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán á ti, y ellos juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y llevarla han ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás persistir, (en oración) y todo este pueblo se irá también en paz á su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro, é hizo todo lo que dijo. Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y púsolos por cabezas sobre el pueblo, caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo: el negocio arduo traíanlo á Moisés, y ellos juzgaban todo negocio pequeño. Y despidió Moisés á su suegro, y fuese á su tierra. (Éxodo 18:13-27)

Moisés pudo experimentar el poder de la oración, intercediendo por el pueblo de Israel para que no fuera destruido por su pecado. (Deuteronomio 9:18-19)

Otro claro testimonio que la Biblia nos deja del poder de la oración fue en la vida de Daniel, todo aquel que llega a este nivel de vida de oración, azota el infierno. Satanás hará todo lo que este en su poder para callar las oraciones de esa persona. Daniel había probado la efectividad de sus oraciones bajo Nabucodonosor y Belsasar. Ahora, bajo el reino de Darío, Satanás inició una gran conspiración para silenciar las oraciones de Daniel. Las oraciones del profeta habían estremecido tanto al infierno que aun el diablo enfurecido organizó el gobierno completo de Babilonia en contra de Daniel.

Daniel había sido puesto sobre todo líder de la tierra. Estos políticos vieron en Daniel sabiduría, respeto y favor y esto los hizo bien celosos de Daniel. Y ellos conspiraron contra Daniel:”Entonces los gobernadores buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel y ningún vicio ni falta fue hallado en él.” (Daniel 6:4).

Daniel era inocente, así que los líderes de Babilonia no podían sorprenderle ni en una sola falta. Ellos finalmente concluyeron que la única manera era conseguir que el profeta fallara a través de su devoción a Dios. Ellos decían: “No encontraremos ocasión alguna para acusarle, excepto no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.” (6:5) ¿Se podrá decir esto de nosotros hoy?

Estos líderes sabían que Daniel oraba hacia Jerusalén tres veces al día. Y ellos atribuyeron su favor a sus oraciones. Así que fraguaron un plan para detener las oraciones de Daniel. ¿Cómo? Creo que trataron de mantener ocupado a Daniel para que así no tuviera tiempo de orar. Sus ayudantes buscaron involucrarlo en cosas importantes relacionadas al reino para que así no pudiera orar.

Esta es una de las formas que Satanás usa contra los creyentes. Y es una conspiración que prevalece entre los ministros. Muchos cristianos caen en la misma tentación. Dicen: “Tengo muy poco tiempo para orar. Mi trabajo consume todo mi tiempo”. Hasta las amas de casas dicen: “No tengo un momento en el día para orar. Los que aceres de la casa me consumen.”

Las personas caen en tareas más profundas, su amor por la verdad se le escapa más y más hacia el olvido. Entonces, con el estímulo masivo de sus actividades y sus demandas de su tiempo que van en crecimiento, se les hace imposible que ellos entiendan el peligro en el cual se encuentran. Ellos tienen el espejo de la palabra de Dios pero no pueden estarse quietos lo suficiente como para ver lo que refleja.

Creo que una persona ocupada en sus afanes, y que ora raras veces, tiene una condición de frialdad espiritual o peor que una persona que tiene una enfermedad. Poco a poco se va acostumbrando a su condición. Y según pasa el tiempo ora menos y se hace menos consciente de Dios. Poco a poco sus convicciones se deterioran hasta que las pierde completamente.

Daniel sabía que no podía sobrevivir sin la oración. Así que, siguió orando, aunque sus colegas le daban más y más trabajo. Ya saben la historia. Ellos finalmente decretaron una moratoria para que no se orara por treinta (30) días. Era una ley intencionada sólo para Daniel. Con todo y eso, Daniel no cesó de orar sus oraciones que hacían temblar al infierno y terminó en el foso de los leones.

Muchos nos preguntaríamos, ¿qué era lo que motivaba a Daniel a orar tan intensamente? ¿Qué le hacía seguir orando, aún con una sentencia de muerte sobre su cabeza? ¿Por qué este hombre de ochenta años continuaba abriendo su corazón a su Señor tan fervientemente, cuando el resto de la iglesia ya no buscaba de Dios?

Consideremos el esfuerzo inmenso que le tomaba a Daniel a consagrarse a la oración. Después de todo, vivía en una ciudad grande de su tiempo, majestuosa, rica Babilonia. La gente vivía en un tiempo de apatía espiritual borracheras, en busca de deleites y avaricia. Más que eso, había distracciones por todos lados. Pero no había nada que distrajera la vida de oración de Daniel.

La oración no viene naturalmente a nadie, incluyendo a Daniel. La oración disciplinada es fácil de comenzar pero fuerte para continuarla. Nuestra carne, el mundo y el diablo atentan en contra de ella.

¿Cómo nos hacemos gente de oración? La oración eficaz de un creyente proviene de una vida entregada a la voluntad y el amor de Dios.

No conforme a lo que nos esforcemos por hacer cuando estamos orando, sino conforme a lo que hacemos y somos cuando no estamos orando.


Después que Jesús llamó a sus discípulos, les dio su primera enseñanza pública en el Sermón del Monte. Allí les expuso el reino de Dios, sus leyes y su vida. En este reino, Dios no solo es Rey, sino también es Padre. Y la primera cosa que el Señor enseña a sus discípulos es que tienen que tener un lugar secreto para la oración; cada uno tiene que tener algún lugar solitario donde pueda estar a solas con su Dios. La completa separación de todo lo que nos rodea nos ayudará a que nuestro espíritu llegue a ponerse en contacto con el Invisible. Y ahí seremos enseñados a la oración eficaz.

¿QUE ES UN MINISTRO? DIRIGENTE O LIDER

Y dijo Dios, dejemos que la tierra provea la vida a las criaturas vivientes con su generosidad, ganado, y su descendencia, y las bestias de la tierra con su generosidad, y así fue hecho." (Génesis 1:24) NVI.

En los tiempos bíblicos, así como hoy, los animales eran una parte integral de la vida del hombre. Eran útiles para él, como bestias de carga y recursos alimenticios, de protección y transporte. Algunos de los animales descriptos en la Biblia, como leopardos, jabalís, osos, lobos, y leones, son temidos hoy como lo eran en los tiempos bíblicos. El uso de los animales como símbolos era frecuente en la Biblia. Un león representaba fuerza y poder, una oveja sacrificio y mansedumbre, un lobo la persecución, un camello la resistencia, un leopardo la ferocidad la cautela y la prudencia.

Los perros aparecen en la Biblia, pero no como mascotas. Eran utilizados como pastores de ovejas, entre otras cosas, y eran criaturas miserables y gruñonas.

Cada ilustración revela un sentido del diseño superior e imaginación. Y esto con el fin de enseñarnos y prevenirnos de las actitudes del hombre que puede adoptar para dañar y romper los propósitos de Dios dentro de su pueblo, su Iglesia o el cuerpo de Cristo, todo aquel que se opone a divinidad y obra de Dios, desarrolla estos instintos animal.


Hay hombres según de Dios, que interpretan la palabra para agredir al mismo pueblo de Dios, cuando ellos están puestos para dirigir, enseñar, consolar y guardar con responsabilidad lo que Dios ha salvado del mundo. Pero con sus falacias palabras hunden y condenan la vida del creyente, hasta llevarlos a un estado de condenación y muerte espiritual, en lugar de ser llevados a una edificación y vida espiritual, ¿Para qué dio y puso Dios los ministerios en su Iglesia? Y él mismo dio unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo: (Efesios 4:11-13)

¿Pero como podremos ser perfeccionados, edificados, llevados a la unidad de la Fe y al concomimiento del hijo de Dios?, si el hombre solo se ha preocupado por su posición y autoridad hacia el creyente, ósea a perdido el concepto de dirigente a líder, y a perdido su compromiso hacia Dios, para perfeccionar, edificar, llevar a la Fe al creyente y al conocimiento del Hijo de Dios. Dios reprende a este tipo de dirigentes que existían dentro de su pueblo, y el mismo Jesús se enfrento a este tipo de líderes que se oponían a la verdad y enseñanza del Señor, hasta llevarlo a su muerte en la cruz del calvario.

Dice el Señor Jehová, el que junta los echados de Israel: Aun juntaré sobre él sus congregados. Todas las bestias del campo, todas las bestias del monte, venid á devorar. Sus atalayas ciegos son, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros ansiosos no conocen hartura; y los mismos pastores no supieron entender: todos ellos miran á sus caminos, cada uno á su provecho, cada uno por su cabo. Venid, dicen, tomaré vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este, ó mucho más excelente. (Isaías 56:8-12)

La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa: devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella. Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios: entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos. Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para pábulo de su avaricia. Y sus profetas revocaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho el Señor Jehová; y Jehová no había hablado. (Ezequiel 22:25-28)

Y serán sus caballos más ligeros que tigres, y más agudos que lobos de tarde; y sus jinetes se multiplicarán: vendrán de lejos sus caballeros, y volarán como águilas que se apresuran á la comida. (Habacuc 1:8)

Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores: sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana: Sus profetas, livianos, hombres prevaricadores: sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley. (Sofonías 3:3-4)

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos del cortamiento.

(Filipenses 3:2)

Los ministros que Dios ha establecido como dirigentes de su pueblo, han adoptado la posición de líderes. Un líder es aquel que tiene el poder de hacer que muchas personas lo sigan y hagan lo que él quiere, sin coerción alguna es decir, bajo su propia voluntad, un dirigente como su nombre lo indica dirige un grupo hacia un objetivo puede que quien lo siga esté o no de acuerdo con él, más bien es alguien que tiene que llevar a cabo una tarea.

Dios ha puesto a sus ministerios o dirigentes para dirigir a su pueblo a la perfección, edificación, a la unidad de la fe, al conocimiento del hijo de Dios. Esta es la tarea que Dios ha encomendado a todo aquel que en verdad quiere servir en la obra y los propósitos de Dios dentro de su Iglesia.


En el Antiguo Testamento, también a los reyes, gobernadores y líderes religiosos de Israel se les consideraban pastores, y que se responsabilizaban por el bienestar de su pueblo. Los profetas en muchas ocasiones censuraron a los tales por su falta de cumplimiento. Todo aquel que ha sido llamado a una responsabilidad dentro del ministerio o dirigente del pueblo de Dios. Es responsable de sus actos y enseñanza para dirigir al pueblo de Dios


Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores (dirigentes) de Israel; profetiza, y diles a los pastores: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Los pastores no apacientan las ovejas? Coméis la leche, y os vestís de la lana; la gruesa degolláis, no apacentáis las ovejas. No fortalecisteis las flacas, ni curasteis la enferma; no ligasteis la perniquebrada, ni tornasteis la amontada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia; y están derramadas por falta de pastor; y fueron para ser comidas de toda bestia del campo, y fueron esparcidas. Y anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron derramadas mis ovejas, y no hubo quien buscase, ni quien requiriese. Por tanto, pastores, oíd Palabra del SEÑOR: Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser comidas de toda bestia del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra del SEÑOR: Así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo a los pastores; y requeriré mis ovejas de su mano, y yo les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos; pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida. Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; y las meteré en su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas, y en todas las habitaciones del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada; allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré tener majada, dijo el Señor DIOS. Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y fortaleceré la enferma; mas a la gruesa y a la fuerte destruiré. Yo las apacentaré en juicio. Más vosotras, ovejas mías, así dijo el Señor DIOS: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las profundas aguas, también holláis con vuestros pies las que quedan? Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis hollado. Por tanto, así les dijo el Señor DIOS: He aquí, yo, yo juzgaré entre la oveja gruesa y la oveja flaca, por cuanto empujasteis con el lado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las flacas, hasta que las esparcisteis fuera. Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán en rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor. (Ezequiel 34:1-23)


¡Ay de los pastores que desperdician y derraman las ovejas de mi manada! Dijo el SEÑOR. Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros derramasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis visitado; he aquí yo visito sobre vosotros la maldad de vuestras obras, dijo el SEÑOR. Y yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán, y se multiplicarán. Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dijo el SEÑOR. He aquí que vienen los días, dice el SEÑOR, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.

(Jeremías 23:1-5)

En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando, y buscarán al SEÑOR su Dios. Preguntarán por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo: Venid, y juntaos al SEÑOR con Pacto eterno, que jamás se ponga en olvido. Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, se olvidaron de sus majadas. (Jeremías 50:4-6)


Y por tu ciencia se perderá el hermano débil por el cual el Cristo murió. De esta manera, pues, pecando contra los hermanos, e hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecáis. (1 Corintios 8:11-12)