VERSICULO BIBLICO DIARIO

jueves, 3 de marzo de 2011

FECHA DEL FINAL DE LOS 5 MINISTERIOS

Sobre la vigencia de los ministerios, especialmente apóstoles y profetas, existen divergencias también.



La fecha final para la actividad de los cinco ministerios la marca el Espíritu Santo, señalado en el cumplimiento de cuatro metas.



Así notemos que deben seguir trabajando hasta que (Ef.4:13):



• Todos lleguemos a la unidad de la fe

• Y del conocimiento pleno del Hijo de Dios,

• A la condición de un hombre maduro,

• A la medida de la estatura de la plenitud de Cristo,



Cuando las cuatro metas se cumplan tendremos razones para decir que los ministerios ya no tienen razón de ser. Al momento, basta dar un vistazo a la situación de la iglesia de Cristo en el mundo, para tener una referencia sobre el grado de cumplimiento de éstas.



Sería suficiente con meditar sobre el número de almas que aún no conocen a Cristo, para indicar que los cinco ministerios tienen todavía largo camino por recorrer.



Sin embargo, las metas anteriores tienen un propósito de parte de Dios, y note que deben ser cumplidas para que (Ef.4: 14-16):



• Ya no seamos niños sacudidos por todo viento de doctrina, por astucia de los hombres y por las artimañas engañosas del error,

• Hablemos la verdad en amor,

• Crezcamos en todos los aspectos de nuestra cabeza espiritual, Cristo,

• Haya ajuste y unión en el cuerpo de Cristo por medio de las coyunturas (los ministerios),

• Cada miembro del Cuerpo de Cristo funcione adecuadamente,

• El Cuerpo de Cristo se edifique en amor.



Los ministerios Apostólico y Profético son una verdad presente, junto con los otros tres: Evangelista, Pastor y Maestro. Su no aceptación está en contra de lo establecido por Dios.

A LOS PIES DE LOS GRANDES

Agustín de Hipona (354-430)

«Haz lo que puedas y luego ora para que Dios te dé el poder para hacer lo que no puedes.»



C. S. Lewis, (1898–1963)

«Si Dios me hubiera concedido todas las peticiones necias que he hecho en mi vida, ¿qué hubiera sido de mí?»



Samuel Chadwick (1860–1932)

«La única preocupación del diablo es evitar que los santos oren. Nada teme al estudio carente de oración, al trabajo carente de oración, a la religión carente de oración. Se ríe de nuestro afán, se burla de nuestra sabiduría, mas tiembla cuando oramos.»



Carlo Carretto

«La oración es la suma de nuestra relación con Dios. Somos lo que oramos. La medida de nuestra fe es la medida de nuestra oración. Nuestra habilidad para amar determina nuestra habilidad para orar.»



Oswald Chambers (1874–1971)

«La oración no nos prepara para la obra, es la obra.»

«La oración no nos prepara para la batalla, es la batalla.»



Abraham Lincoln (1809–1865)

«En muchas ocasiones he caído de rodillas por la abrumadora convicción de que no tenía otro lugar a donde ir. Mi propia sabiduría, y la de todos aquellos a mi alrededor, me parecía limitada para el momento.»



D. L. Moody (1837–1899)

«El cristiano de rodillas ve más que el filósofo de puntillas.»



Francisco de Sales (1567–1622)

«Todo cristiano necesita media hora de oración al día, excepto cuando está ocupado; en este caso, necesita una hora.»



E. M. Bounds

«Las posibilidades de la oración son las posibilidades de la fe. La oración y la fe son gemelos siameses. Las dos están unidas por un solo corazón. La fe siempre ora. La oración siempre cree.»



Thomas à Kempis (1380–1471)

«El hombre de Dios debe estar más a gusto en su lugar de oración que ante el público.»



Arthur Hertzberg

«Orar es un acto de osadía. De lo contrario, sería imposible orar. Cuando uno imagina la grandeza del Creador, ¿de qué otra forma podría uno presentarse ante él para orar?»



Henri Nouwen

«Existen tantas formas de orar como momentos en la vida. Algunas veces buscamos un lugar tranquilo y queremos estar a solas, en otras buscamos a un amigo y queremos estar acompañados. En algunas ocasiones preferimos un libro, en otras la música. Algunas veces queremos, junto a multitudes, prorrumpir en cánticos, en otras susurrar con unos pocos. Algunas veces queremos expresarlo con palabras, en otras con un silencio profundo.»



Ray Stedman (1917–1992)

«Es importante observar que aunque Jesús nunca enseñó a sus discípulos cómo predicar, sí les enseñó cómo orar.»

EL INICIO Y EL FINAL DEL MINISTERIO APOSTOLICO

Existen divergencias acerca del inicio de los cinco ministerios actuales. La verdad la dejó establecida el Espíritu Santo, en el capítulo 4 de la carta a los Efesios, indicando como punto de partida el momento cuando Cristo asciende a lo alto, después de morir, resucitar y ser resucitado (Jn.10:17,18; Hech.4:10; 13:33; Sal.139:13,15).



El Hijo de Dios derrama los cinco dones ministeriales sobre los hombres:



Apóstoles, otros profetas, evangelistas, pastores y maestros (Ef. 4: 8-11).



Respecto a su vigencia, la fecha final de la actividad de los cinco ministerios la marca el Espíritu Santo hasta que se cumplan cuatro metas (Ef.4:13):



• Todos lleguemos a la unidad de la fe

• Y del conocimiento pleno del Hijo de Dios,

• A la condición de un hombre maduro,

• A la medida de la estatura de la plenitud de Cristo,



Cuando las cuatro metas se cumplan tendremos razones para decir que los ministerios ya no tienen razón de ser.



Eso será cuando venga lo perfecto y lo incompleto se acabe, cuando ya no veamos veladamente sino cara a cara, y nuestro conocimiento sea pleno; entonces efectivamente los dones se acabarán, únicamente habrá lugar para el amor (1 Cor. 13: 8, 10, 12,13).



La Palabra de Dios establece la necesidad que haya reproducción ministerial, que los ministros tengan hijos espirituales que continúen con la obra de Dios.



Pablo indicaba que tenía verdaderos hijos – espirituales - (1 Tm. 1: 2; Tit. 1:4; Flm. 10) y cuando instruye a Timoteo para encargar sus enseñanzas a hombres fieles e idóneos (2 Tm.2:2), siervos que trabajaban “como él” (1 Cor. 16:10), está indicando la necesidad de buscar y encausar a otros “Pablos” para continuar con la obra de Dios.

LO QUE HABLAMOS ES IMPORTANTE

No debemos ser como el hombre que entro a un monasterio en el que se permitía hablar a los monjes solo dos palabras cada siete años. Después de que habían pasado los primeros siete años, el iniciado se encontró con el Abad, quien le pregunto:



-¿Bueno, cuales son tus dos palabras?



-Mala comida, replico.



El hombre regreso a pasar otro periodo de siete años antes de reunirse otra vez con su superior eclesiástico.



-¿Cuales son ahora tus dos palabras?



-Cama dura, respondió el hombre.



Siete años mas tarde, o sea veintiún años después de su ingreso en el monasterio, el hombre se encontró con el Abad por tercera y última ocasión.



-¿Cuales son tus dos palabras esta vez?



-¡Me voy!



Bueno, no me sorprende, contesto el disgustado clérigo, ¡todo lo que has hecho desde que llegaste ha sido quejarte!



Conclusión:



No sea como ese hombre, no tenga la fama de que sus palabras solo sean negativas. Cuando hablamos indebidamente se disminuye nuestra capacidad de ver y oír la voluntad de Dios.

6 PASOS PARA TRIUNFAR

1. Conoce a Dios. No un conocimiento histórico, sino personal. Conoce Sus caminos, Su voluntad y Su poder.



2. Conócete a ti mismo. Tienes un origen sobrenatural con un propósito específico en la vida y un destino eterno. Aprende lo que Dios piensa y dice de ti.



3. Mira con quién te juntas. Rodéate de personas de fe. "Quien con sabios anda, a pensar aprende; quien con tontos se junta, acaba en la ruina." Proverbios 13.20 (Biblia Lenguaje Sencillo). Elije muy bien tus amistades.



4. Aprende a perdonar. "Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho. Así, Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados." Marcos 11: 25-26 (BLS)



5. NUNCA te rindas. Lo que no has logrado todavía es porque no lo has intentado. Aprende de tus fracasos. Si has fallado significa que no funciona de esa manera y debes intentarlo de otra forma.



6. Cuida tu grandeza. Somos herederos en el reino de Dios. Las gallinas caminan con la cabeza hacia abajo, pero la Biblia habla de nosotros como águilas que remontan vuelo en las alturas: "pero los que confían en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán". Isaías 40:31

LOS 4 NIVELES DEL CREYENTE

Cuando la gente se reúne en las Iglesias, normalmente representan por lo menos cuatro niveles de fe y de compromiso.



Estos cuatro niveles se pudieron ver en la vida de Pedro, en quien vemos el proceso de estos cuatro niveles en su desarrollo a un nivel más amplio a medida que pasaba el tiempo.



I. Nivel Uno: Los que son curiosos



Pedro vino a conocer a Cristo porque tenía curiosidad.



Su hermano Andrés estaba excitado de que por fin encontraron el que tanto anhelaba el pueblo, El Mesías.



Pedro no interesaba lo que su hermano Andrés describía, el quería ver por si mismo.



Su curiosidad lo llevo hasta donde estaba Jesús.



Juan 1:35-42



“Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tu eres Simón, hijo de Jonás; tu serás llamado Cefas que quiere decir, Pedro.”



Nuestro testimonio debe de atraer a otros.



Cuando el pueblo ve tu testimonio ellos son conmovidos por medio de la curiosidad de que podrá estar pasando allí.



II. Nivel dos: Los que son convencidos



Muchos de los que admiraron a Cristo no pudieron llegar mas allá de los milagros que vieron.



Pedro decidió: “Señor yo no me quedo por lo que otros lo están haciendo, Señor yo me quedo porque tu eres el camino, la verdad y la vida.”



Juan 6:66-69



“Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con el. Dijo entonces Jesús: ¿Quieres acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro Señor, ¿a quien iremos? Tú tienes palabra de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”



Dios mismo revelo esta verdad a Pedro. Mt.16:13-17



“Porque no te lo revelo carne".



Dios mismo se revela y es el que convence a uno.



III. Nivel tres: Aquellos que son crucificado



Pedro aprendió que su fuerza y su sabiduría no eran adecuadas.



El descubrió que siguiendo a Jesús significaba negación a si mismo a sus ideales y someterse al señorío de Jesús.



No hay trucos ni shortcuts para alcanzar excito en la vida cristiana.



Antes de que Pablo experimentara el poder de la resurrección tuve que pasar por el proceso de crucifixión.



Filipenses 3:7-10



IV. Nivel cuarto: Aquellos que son vestidos con el poder del Espíritu Santo



El sed lleno es ser revestido.



El sed vestido es ser ungido.



Pedro fue uno de aquellos que fue lleno del Espíritu Santo el día de Pentecostés.



Fue el principio de una vida llena de frutos del Espíritu.



Los frutos se manifestaron en la vida de Pedro, a través del poder de Dios y del el Espíritu Santo.



Lucas 24:49



Conclusión:



¿En que nivel te encuentras hoy?